De la propia acción de la pesca a Jigging y de la propia experiencia de los pescadores de Jigging, deriva la variante conocida como Slow Jigging. Alguien vio que no se podía pescar igual en todas las profundidades y desarrolló materiales y técnicas más específicas para pescar cerca del fondo, diferenciándose así del Jigging clásico.
Índice
El Slow jigging es una modalidad de pesca que deriva del jigging. Slow significa lento, así que en esencia vamos a practicar jigging lento. Este presenta ante los depredadores un señuelo que simula un pez herido o en dificultades que escapa del fondo y sube hacia la superficie, pero también, a intervalos, vuelve a caer hacia el fondo.
El Jigging clásico es una técnica de pesca que exige mucho físicamente, además, toca demasiadas capas de agua y muchas veces por querer abarcar tanto no pescamos bien ni en el fondo ni a medias aguas o en la superficie.
Normalmente los pescadores diferenciamos entre peces bentónicos (viven cerca del fondo) y peces pelágicos (viven en capas intermedias y superficiales), y unos y otros cazan y comen de formas diferentes.
Los peces bentónicos (que habitan zonas profundas) no perseguirán nuestro señuelos más allá de unos metros desde el fondo, y los pelágicos no bajarán a mucha profundidad. Es cuestión de supervivencia, presión del agua y hábitat.
La pesca a Slow Jigging se hace en vertical y casi siempre desde embarcación. Si la deriva de nuestra embarcación es fuerte, más allá de 1,5 nudos, será difícil practicar este tipo de pesca.
Cuanto más derive la embarcación utilizaremos jigs más pesados, y cuanto más profundidad haya, igualmente aumentaremos el peso del jig.
Respecto de peso y profundidad una buena relación es la del doble: así, si pescamos a 40 metros de profundidad, como mínimo usaremos jigs de 80 gramos; y si pescamos a 100 metros de profundidad, jigs de 200 gramos. Esta regla vale cuando no hay mucha deriva.
Practicaremos el Slow Jigging hasta los 100m de profundidad con unas condiciones de mar muy buenas. Más allá de esta profundidad esta modalidad de pesca no se realizará correctamente.
El diámetro de la línea influye mucho en este tipo de pesca. Deberemos pescar siempre con diámetros contenidos de acuerdo a los ejemplares que intentamos pescar.
Tenemos mucha línea en el agua y recibe toda la corriente desde la superficie hasta el fondo, así que cuanto más fina mejor.
Los jigs para slow son más anchos y planos que los jigs de jigging clásico. El motivo es que vamos a buscar tanto las picadas en subida como en caída, y para imitar una caída natural el jig debe ofrecer resistencia al agua (más plano). Ningún pez cae hacia el fondo completamente a plomo.
En la subida podemos imprimir diferentes movimientos con la puntera de la caña y el carrete; pero en caída, cada jig, según su diseño, profundizará de diferente manera. Así, de esas distintas muecas, que váis a ver que son diferentes en unos jigs de otros, depende la forma en la que caen o “planean” hacia abajo.
Respecto de los colores de nuestros jigs, nos decidiremos por colores más naturales, grises, blancos, oscuros, cuando el agua esté muy transparente. Si el agua está turbia, es decir, que hay menos visibilidad, montaremos nuestros jigs con colores más llamativos, amarillos, rojos, y sobre todo los fluorescentes (glow) y los que tienen tiras como las cebras.
Otro detalle muy importante en el que fijarse y que mucha gente pasa por alto son las muescas de nuestro Jig. Estas no están a modo decorativo, si no que proporcionan distintos balanceos en la caida, haciendo que el movimiento del Jig sea completamente diferente.
Las cañas de slow jigging son ligeras y con acción parabólica (se dobla toda la caña). Además suelen ser muy finas y tienen mucha sensibilidad (para controlar en todo momento la animación de nuestro señuelo).
Las buena caña para slow jigging debe de doblar por el peso del jig cuando damos una vuelta de carrete y después volver sola a su posición inicial, esto impulsará el jig hacia la superficie después de la caída.
Como vamos a utilizar un carrete de baitcasting mar, estos llevan un gatillo para el mejor control de la caña. Como alternativa también podemos utilizar un carrete de bobina fija, no hay problema.
Si tuviese que recomendar una buena caña para iniciarse en esta pesca, sin duda sería la Daiwa SALTIST Jigging II BJ: Es una caña de 1,91 metros que ofrece una acción muy progresiva, es decir, tiene una punta flexible para realizar los movimientos de slow, una zona intermedia con nervio para una vez clavado el pez ofrecerle resistencia, y si la captura es muy grande tiene una buena reserva de potencia en el talón.
Cada fabricantes nos ofrece la potencia de sus cañas de forma distinta, así por ejemplo Shimano pone en sus características el peso máximo recomendado, y sin embargo Daiwa nos da una horquilla de gramos en que la caña va a mover los señuelos correctamente.
Para mi la nomenclatura de Daiwa, que nos ofrece la acción de la caña en unos rangos abiertos es mejor que la de Shimano que sólo nos da un tope máximo de peso para su correcta utilización.
Pongamos un ejemplo de uso correcto de una caña de Slow Jigging de acción de entre 100 y 200 gramos:
En estos rangos y con los pesos de los señuelos y movimientos indicados, estaremos pescando bien si el mar está en condiciones normales, es decir, que no haya demasiada deriva. Si la caña sólo nos da el máximo de peso recomendado, tendremos que probar con diferentes pesos de señuelo y ver cómo trabajan en el agua.
La mayoría de cañas diseñadas para el slow van provistas de un gatillo para que nos sean más cómodos los movimientos con un carrete de bobina móvil. Con estos carretes se consiguen movimientos más naturales que con los de bobina fija.
Además, como en el Jigging el carrete no va a parar de trabajar, los de bobina móvil son bastante más robustos que los de bobina fija, por eso se recomiendan.
En el jigging, aunque sea slow (lento), el pick-up (guía hilos) de un carrete de bobina fija va a sufrir demasiado; por eso los fabricantes les ponen agujas y guia-hilos sobredimensionados.
Si adquieres un carrete de Baitcasting para pescar a Slow Jigging, asegurate que sea de Baitcasting Mar. Los materiales utilizados en su fabricación son especificos y aguantan mucho mejor la corrosión.
Estos son los carretes para Slow Jigging con una buena relación calidad-precio que te recomiendo:
Carretes para Slow Jigging de bobina Fija
Carretes para Slow Jigging de bobina móvil
El Slow Jigging es una modalidad de la técnica del pesca del Jigging. Es una técnica más suave, más tranquila y menos agresivo. Las característica principal que lo diferencia del Jigging está en los jigs que se utilizan (con caída y recogida menos vertical) que hacen que los movimientos de caña y pescador con respecto al jigging tradicional sean distintos, sobre todo más relajados.
El equipo necesario para pescar a Slow Jigging es una caña de jigging de acción parabólica, un carrete de jigging de bobina fija o giratoria, y sobre todo señuelos de slow que son mucho más planos de los típicos de jigging y hacen que la caída y la recogida no sean totalmente verticales.
Cuando pescamos a Slow Jigging podemos esperar pescar pargos, lubinas, meros, dentones y en general los peces de fondo, aunque no podemos descartar que en la
subida le ataquen otras especies pelágicas como los túnidos.
Las mejores zonas para pescar a Slow Jigging son los fondos de roca o los fondos de poseidonia. Si la profundidad lo permite, es un tipo de pesca que también se puede realizar desde costa rocosos como los acantilados.
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